Glorario/"El Rey Momo"


Hemos de orar por ti Señor de Universo,
Por ti Dios Momo, Rey de los Farsantes,
Libera esta plegaria que se alza en tu honor,
y suelta si es que puedes, nuestra risa.
Deja tu Señor, el Reino de las Sombras,
Levántate y anda entre los hombres.
Restituye el color y la sonrisa y alimenta de nuevo las canciones
Danos tú el valor para vencer a los políticos impíos
No permitas señor que ellos presionen al Jurado.
Castiga la maldad de los insanos
Ve que tu justicia soberana reine entre los hombres.

“Misa Murguera en Oración a Momo”, Araca la Cana, 1987.

En Roma antigua se rendía culto a un dios denominado Momo, que según la leyenda era el dios de "las chanzas y de las burlas; hijo del sueño y la noche; era en fin el dios de la locura que con chistes y agudezas y con mímica grotesca, divertía a las mil maravillas, a los excelsos dioses del Olimpo",
El mítico del momo es asociado con un compañero llamado "Como" "cuyos adoradores andaban corriendo por la noche, con antorchas encendidas, coronados con flores, enmascarados y cantando a los son de instrumentos musicales.
Era hijo de Hipnos y de Nix o de Eris. Momo era el dios de las burlas, los chistes y las bromas. Se encargaba de corregir con sus críticas, aunque sarcásticas, a los hombres, y también a los dioses.
Se le consideró especial protector de los escritores y los poetas. Una vez, bromeó acerca de unos inventos que habían creado Poseidón, Hefesto, y Atenea. Poseidón había creado al toro y Momo se rió de él por haberlo hecho con los cuernos mal colocados. De Hefesto se mofó porque a su obra, el hombre, le faltaba una ventanilla en el corazón para poder conocer sus intenciones y pensamientos secretos. A Atenea la criticó sardónicamente porque la casa que había construido era demasiado pesada si el propietario quería trasladarse a causa de unos molestos vecinos. Estas mofas de los dioses fueron las últimas que toleraron a Momo, que, rápidamente fue expulsado del Olimpo. También se cuenta que se burló de Afrodita porque hablaba mucho y porque sus sandalias hacían mucho ruido al andar.
MOMO personifica la crítica jocosa, la burla inteligente.
Habitualmente se le representa vestido de arlequín, escondido tras una máscara que levanta de los rostros de lo demás, o del suyo propio, y acompañando cada una de sus manifestaciones con un palitroque terminado en forma de cabeza de muñeco, símbolo de la locura.
Fuente: Carnaval de Merida. Octubre 2005
Disponible en: http://www.yucatan.com.mx/especiales/carnaval/momo.asp

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