El Carnaval de 1927


Con la revolución y el triunfo del ejército constitucionalista, se terminó la época de auge para los antiguos comerciantes porfiristas. Muchas personas abandonaron el puerto lo cual tuvo grandes efectos sobre la economía, pero los guaymenses ya se habían acostumbrado a su fiesta anual y la celebraban, aunque ahora de manera diferente.

Existían varios clubes sociales que lanzaban a sus candidatas a reina y trabajaban con entusiasmo para reunir fondos por medio de bailes, kermesses, rifas y solicitudes de aportaciones a los hombres de negocios. Unos días antes de la fecha prevista para la celebración del carnaval, se llevaba a cabo el cómputo de los votos para cada una de las candidatas, lo cual se hacía públicamente y quien aportara mayor cantidad de dinero era declarada reina. Como los miembros de cada comité no sabían qué tanto habían reunido los otros comités, había ocasiones en que durante el cómputo se valían de ingeniosos engaños. Si creían que el otro comité tenía demasiado dinero y no iban a poder ganar, presentaban gruesos sobres que contenían poco dinero o por el contrario, en caso de desear aportar todo el dinero, presentaban sobres delgados que contenían mucho dinero, para engañar a sus contrarios. Los sobres se abrían en medio de la expectación general y todo esto formaba parte de la diversión previa al carnaval. También se usaban bolsas grandes para contener monedas.

Como ejemplo de lo anterior, podemos citar el carnaval de 1927. en el que las candidatas eran la señorita Lidia Ibarra, apoyada por el Centro Guaymense y el Club Bohemio, la señorita María Antonieta Ricaud, sostenida por el Centro Sonora y la señorita Angelita Loaiza, guapa damita veracruzana que se encontraba de visita en Guaymas y a quien quería hacer triunfar a toda costa el general Lucas Gonzalez, jefe de un importante destacamento militar . Cada oficial y cada soldado aportó un día de sus haberes y se reunió una gran cantidad de dinero con la que no podían competir los otros partidos. Los del Centro Guaymense y Club Bohemio aflojaron por completo y se retiraron, no así los del Sonora que urdieron un ingenioso engaño. Se hizo circular para que se corriera la voz, un falso telegrama firmado por un tal Monsieur Ricaud, de Santa Rosalía, supuesto tío de Maria Antonieta quien era muy rico y prometía enviar una fuerte suma en apoyo de su sobrina.

El día del cierre de votación, se consiguieron con un empleado de banco varias bolsas de las usadas para contener $1,000.00. Las llenaron de arena y de corcholatas y haciendo un gran escándalo, dando gritos de alegría, los miembros del Centro Sonora escoltaron a la carreta que llevaba las bolsas que supuestamente enviaba el tío rico. Un capitán del ejército que observó toda esta farsa, se dirigió a la carrera a notificar al general quien inmediatamente ordenó a los soldados que aportaran más dinero. Los partidarios de la señorita Ricaud, al ver el éxito de su estrategia, festejaron a mandíbula batiente la puntada. Indignado al darse cuenta el general del engaño de que habían sido objeto los militares, protestó ante el comité de carnaval y logró que le regresaran una parte del dinero.

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