Textos/ El Carnaval de Guaymas en 1926

Texto de M.A. Mauro Esteban Barron Robles, Colaborador del BLOG

Los preparativos…

Guaymas y Cananea son las ciudades sonorenses que primero se preparan a fin de celebrar las futuras fechas de carnestolendas, que caerán a fines del mes de febrero, según anunciaba la edición del martes 3 de noviembre de 1925 del periódico La Prensa de San Antonio Texas.
A pesar de que en Guaymas no ha quedado aún constituido el Comité de Carnaval, en el seno de los diversos centros sociales del puerto, ya comenzó a formarse el cuadro de señoritas candidatas al trono del festival.

En las pantallas de los cines de la localidad, la noche del 5 de noviembre se anunció que en el cómputo que acaba de cerrarse iba a la delantera en la votación para Reina del próximo carnaval la señorita María Antonieta Ricaud, el público prorrumpió en aplausos y las orquestas ejecutaron alegres dianas. El certamen para elegir soberana continuará desarrollándose hasta el mes de febrero cuando se hará la designación conforme a los sufragios obtenidos por las concursantes.
El Comité de Momo que se constituyó desde hace seis meses, hace los preparativos necesarios para organizar los actos de carnestolendas y en unos días se dirigirá a los tres centros recreativos del puerto, así como a la Cámara Nacional de Comercio para invitarlos a que designen a algunos de sus miembros para que integren el Comité de Carnaval.

El día 13 de diciembre se desarrolló en el Centro Guaymense, una junta a la que acudió gran cantidad de personas. Se procedió a la elección de la Directiva del Comité de Carnaval, quedando designados de los siguientes señores: Presidente, Manuel Pacheco; Vicepresidente, Alejandro C. Iberri; Secretario, Antonio C. Sanders; Prosecretario, Vicente Sanders; Tesorero, Ramón Corral y vocales, Gaspar Zaragoza Jr.; Antonio Harispuru, Antonio G. Zepeda, Diódoro G. Serrano, Dr. Luis Farfán, Gustavo A. Navarro y Delfino C. Espinosa. En esta elección están comprendidos los diversos elementos sociales que forman los tres principales centros recreativos de la localidad.
Acto seguido, se nombró así mismo, el personal de las varias comisiones, como son las de propaganda, de votación para elegir a la reina, de colecta, ornato, programa, tráfico y recepción de la soberana.

En un breve cambio de impresiones, los miembros de la directiva acordaron que entre los actos de mayor relieve con que se celebrarán las Carnestolendas, se cuenten dos grandes y suntuosos bailes, desfile de carros alegóricos, batallas de serpentines y de confeti y mascaradas en las plazas públicas, sin faltar la regocijada ceremonia conocida con el nombre de Entierro del Malhumor, que se desarrollará en la noche del sábado anterior al primer domingo de las festividades.
A las veinte horas del 22 de diciembre se inició la propaganda carnavalesca por el comité recientemente nombrado para ir preparando las fiestas de febrero, numerosas personas se reunieron en la Plaza 13 de julio, treinta minutos después, entre ruidosa algarabía, sones de músicas alegres, roncas voces de cláxones de automóviles y detonar de cohetes chinos, se dieron a recorrer las principales calles y avenidas deteniéndose los manifestantes frente a las residencias de las señoritas María Antonieta Ricaud, Lydia Ybarra y Lupe Zaragoza, en donde sus respectivos partidarios las aclamaron como candidatas a la designación de Reina del Carnaval.
La que puede llamarse votación oficial quedó abierta desde ese instante, y se continuará hasta quince días antes del domingo de carnestolendas.

El comité ha comenzado a desarrollar sus actividades bajo excelentes auspicios, pues cuenta con más de mil pesos que quedaron sobrantes de los festejos del año anterior, y por otra parte tres de los principales centros recreativos de la localidad han ofrecido su apoyo para que esta vez las festividades tengan aún mayor esplendor.

La edición de El Heraldo de México de la ciudad angelina del Domingo 17 de enero de 1926 afirma: No es aventurado predecir que, para la organización de las grades fiestas de febrero, el comité de carnaval de este puerto reunirá en esta vez una cantidad de dinero muy superior a la que se dispuso el año anterior. A parte de las colectas que realizará entre el comercio y los particulares y las cuales nunca se les regatean, en la venta de cupones para la elección de la reina, está encontrando una substanciosa fuente de ingresos. Y esto, desde el primer día del concurso.
Ayer tarde en una tertulia que se efectuó en el Centro Guaymense, con asistencia de lo más distinguido de la sociedad porteña, se dio tal impulso a las votaciones que al cerrarse estas, aparecía a la cabeza de las concursantes, la señorita Lydia Ybarra con treinta y seis mil sufragios. Las candidatas que se disputan el triunfo, contando ya también con varios millares de votos en su favor, son las señoritas Amalia Espinoza, María Antonieta Ricaud y Lupe Zaragoza.
El Club Sonora y el Casino Bohemio no han lanzado hasta estos momentos sus candidatas respectivas pero se anuncia que probablemente lo harán en el curso de la semana entrante, en que la lucha adquirirá máximas proporciones.

El 25 de enero quedaron frente a frente disputándose el triunfo en la elección de Reina del carnaval de Guaymas, las señoritas Amalia Espinoza y Lydia Ybarra. Con veinte mil votos sufragados a su favor la noche anterior, la primera se puso a la cabeza de las damitas que participan en este certamen por lo que la contienda asume los más interesantes caracteres, se intensifica la competencia, crece el entusiasmo, y los partidarios de la señorita Ybarra comienzan a esforzarse para que torne a ocupar el primer puesto en las votaciones. Por otra parte, los adherentes a una tercera candidatura, que es la de la señorita Lupe Zaragoza, anuncian que están dispuestos a llevarla a la victoria a toda trance, que será ella quien ciña la corona y presida las grandes fiestas, y que para conseguir su objeto, tienen ya reunidos varios centenares de pesos para destinarlos a la compra de votos a su favor.

Hay que advertir que los cupones han sido expedidos exclusivamente por el Comité del Carnaval y que el producto íntegro que de ellos se obtenga, junto con las colectas entre el comercio y los particulares, se destinará a la organización de los actos que comenzarán desde el sábado, vísperas de los días de Carnestolendas para terminar el martes. Desde este día hasta el sábado se suspenderán las fiestas para reanudarse el domingo siguiente con el entierro de la sardina. Para allegarse de fondos, el comité está preparando tres funciones teatrales en que tomarán parte los mejores elementos artísticos de la localidad. Hay, pues, la certeza de que el carnaval de 1926 será en Guaymas alegre, entusiasta y esplendoroso.

Elección de la Reina…

Con el nombre de Mayita I, la joven señorita Amalia Espinoza, de Hermosillo, pero quien desde hace algunos meses se halla de paseo en este puerto, huésped de la familia del señor Manuel Pacheco, fue proclamada la noche del 31 de enero reina del carnaval en medio de una clamorosa ovación, subrayada por las notas enardecedoras de las dianas. El acto se desarrolló en el cine Majestic, lleno de público hasta su máxima capacidad, a pesar de que se cobraron precios de admisión relativamente elevados, por destinarse el producto de las entradas al fondo que se reúne para organizar las fiestas que comienzan el 13 de febrero y que terminarán el 16 y que prometen ser magnificentes y esplendorosas, dado el entusiasmo ardiente que de improviso se ha apoderado de la población.

La parte final de la elección fue reñida, apasionada y violenta, de tal manera que unos cuantos minutos después de haber dado principio a las votaciones finales y al cerrarse el concurso, se habían reunido pro concepto de los cupones vendidos hasta aquel instante a favor de las tres candidatas, la cantidad de cinco mil cuatrocientos cuarenta y un pesos y cinco centavos, que el Comité invertirá en la organización de los actos carnavalescos: mascaradas, bailes y desfiles entre batallas de confeti y de serpentinas.

Corresponde en particular el triunfo obtenido pro la señorita Espinoza, al Cuartel General de las Operaciones Militares en el Estado, cuyos principales elementos cooperaron con largueza a la victoria, encabezados por su jefe, el general Francisco R. Manzo, que vino especialmente desde su residencia en la estación de Ortiz a activar la campaña y resuelto a ganar la partida, como en efecto la ganó.

Los adherentes a las candidaturas de las señoritas Lupe Zaragoza y Lydia Ybarra, que en la votación final ocuparon el segundo y tercer lugar, respectivamente, tuvieron, pues, que enfrentarse con un enemigo formidable, que a la hora decisiva abrió el fuego de todas sus baterías. Hasta se asegura, pero no se ha podido comprobar plenamente, que el jefe de la tribu yaqui Luis Matus, desde su cuartel del pueblo de Vícam, contribuyó con dinero de su propio peculio al triunfo aplastante de la soberana electa.

Hacia la residencia de la reina…

No se apagaba aun el eco de las ovaciones ni el rumor de los comentarios que revolaban por todo el recinto del cine, cuando el comité anunció que se encaminaría a la residencia de la Reina para comunicarle su elección.

Así se hizo: la multitud se echo andar entusiasmada a lo largo de las calles que conducen del local del cine Majestic a la casa de la familia Pacheco, en tanto que a la cabeza del desfile, la banda del 10° Batallón iba regando los sones de la música tradicional que desde hace largos años renueva su prestigio en los días de carnestolendas y tiene la virtud de exaltar los ánimos para el regocijo.

Fuera, sobre las dos aceras, la muchedumbre expectante se aglomeró, en tanto que los comisionados, al brindar con una copa de champaña, daban la enhorabuena a Mayita I, tras haberle anunciado su designación de reina.

De improviso reinó el silencio en la calle y todo oído estuvo atento a lo que iba a decir el licenciado Adolfo Ybarra Seldner que acababa de aparecer a la puerta. Fue el heraldo anunciador: la soberana había elegido para compañero de su trono al joven Pedro Zaragoza, de estirpe real, pues ya en otras ocasiones a sus otros dos hermanos les ha cabido honor igual.
Se aclamó al Rey, y algunos minutos después, a ambos monarcas de las fiestas de Momo, a ella y a él, se les ofreció una elegante recepción en el Centro Guaymense en donde permanecieron hasta las tres de la mañana en que terminó el baile.

El arreglo de la ciudad, la preparación del malhumor y los visitantes…

Faltando sólo tres días para que den inicio las fiestas de carnaval, casi no hay sector de la población en donde no se vean personas ocupadas activamente en engalanar los vehículos de distintas clases que tomarán parte en los desfiles vespertinos del domingo, lunes y martes. Por el lujo suntuoso con que está siendo formada y adornada, llamará indudablemente la atención, con mayor fuerza, la carroza destinada a los reyes y los seguirán carros y autos representando diversas alegorías, tripulados muchos de ellos por señoras y señoritas de la mejor sociedad.
En la plaza del 13 de julio se está haciendo la instalación eléctrica para el alumbrado a giorno que ofrecerá aquel paseo en las tres noches consecutivas de bailes populares.

En el cruce de la calle 22 y la avenida Serdán, en la plazoleta donde se levanta el obelisco erigido desde hace varios años en memoria de los defensores del puerto que derrotaron a las huestes del conde de Raousset Boulbon, una cuadrilla de trabajadores comenzó a levantar la mañana del 10 de febrero el tablado que sustentara el catafalco en donde el Mal Humor será enjuiciado y condenado a la hoguera, la noche del sábado 13, a las veintiún horas, en que prácticamente comenzarán a desarrollarse los festejos.

Se ha anunciado que numerosos vecinos de la cercana población de Empalme, vendrán a tomar parte en las fiestas y se espera el arribo de turistas del sur de Arizona, que han informado su determinación de efectuar el viaje.

El Jurado Calificador, el vestuario de la reina y la música…

El comité de carnaval designo el miércoles 10 a los miembros del Jurado calificador que se encargarán de otorgar premios a los carros que presenten mayor atractivo. Forman parte de dicho jurado, los señores Alfonso Iberri, corresponsal de La Presa, periódico de Los Ángeles, California, como presidente; Alberto Rico, Manuel C. Romo, Torcuato Marcor y el doctor Rafael Obregón como vocales.

El jueves 11 de febrero llegaron a la ciudad de Nogales las bellas señoritas Mayita I y Maclovia I, reinas electas de las fiestas de carnestolendas en Guaymas y Hermosillo, respectivamente.
Año con año, en estos días, las reinas electas de los carnavales de Guaymas y Hermosillo, van a Nogales con el objeto de adquirir en el comercio fronterizo las joyas y reales vestiduras.
Para amenizar las próximas fiestas del Carnaval en Guaymas, se cuenta con la colaboración de cuatro orquestas y la banda del 10° Batallón de Infantería que guarnece la plaza.

No obstante esto, el comité de carnaval trata de allegarse de un mayor número de elementos musicales y para el efecto está en arreglos con una agrupación de Douglas, Arizona y con una banda popular del mayo, conocida con el nombre de La Perrada, a fin de que también vengan a tocar en los festejos.


El Desfile…


De muchas poblaciones del Estado y aun de las del sur de los Estados Unidos, vinieron centenares de personas a presenciar las fiestas de carnestolendas. La de Empalme se vació toda en Guaymas y fue precisamente el tren que corre entre ambas poblaciones, el que condujo a los Reyes.

En un día de de primavera temprana, dorado de sol y refrescado por el aliento del mar dormido, llegaron a la estación a las tres de la tarde, los soberanos Mayita I y Pedro I con sus pajes, las niñas Olga Manzo y Bertha Iberri y sus elegantísimas damas de honor, Lupe Zaragoza, Carmen Marcor, Flora Barrantes y Alicia Harispuru. Dianas, aplausos, y exclamaciones estruendosas que partían de miles de bocas, saludaron al unísono el arribo de los monarcas y de su corte.

En nombre del pueblo guaymense, el Lic. Adolfo Ybarra Seldner pronunció el discurso de bienvenida, lleno de agudezas y chistes de buena ley que a menudo coreó la risa desbordada de los monarcas y de su corte. Terminada la salutación en medio del regocijo general comenzaron los festejos de la alegría, del ruido y del color.

Difícil es decir si por el número, variedad y atracciones de los vehículos la larga procesión superó o no, a la del año anterior; por lo menos la igualó en cantidad de elementos y en la gracia del conjunto.

Despertando murmullos de aprobación, entre palmas y lluvia de confetis y de serpentinas, yendo a la cabeza la banda de música que tocaba incesantemente alegres piezas, los carros desfilaron a lo largo de la avenida XVI, siguieron por la Serdán, casi hasta el extremo occidental, torcieron por la calle 15 y después de atravesar los sectores principales de la población, estuvieron circulando alrededor de la Plaza 13 de Julio que el gentío llenaba hasta desbordarse las aceras.
El jurado calificador que se instaló para otorgar recompensas a los vehículos mejor adornados y más carnavalescos, las discernió en el siguiente orden:

Primer premio: Galera El halcón de los mares, bajel de piratería al que no le faltó un solo detalle de los barcos de tiempos remotos, armados para el pillaje en los mares, con sus hachas de abordaje y sus cañones y tripulado en traje de carácter por las señoritas Carolina Figueroa, María Antonieta Ricaud y Bertha Rubio.
Segundo premio: Enorme pájaro blanco, de graciosas alas semiabiertas sobre cuyo lomo cabalgaban vestidas del mismo color, las señoritas Lydia Ybarra, Teresa Rubio, Amalia Bouillet, Rosa Salazar y otras.


Tercer premio: Carro al estilo griego con el respaldo de una lira enflorada, tripulado por las señoritas Rosa Dworak, Matilde tapia, Rosa y Leonor Escobosa.
Seis cuartos premios a saber: cochecito japonés, tirado por un incansable coreano legítimo, que fue marino y ahora vive en Guaymas. Iban en él, vestidas al uso del Imperio del Sol Naciente, las niñas Bertha Salisbury y Flora Luebbert.
Auto enflorado de blanco, de muy buen gusto, guiado por la señora Lupe Ramonet viuda de Rebbling, acompañada de sus pequeñas hijas.
Novedoso e interesantísimo carro simulando un pequeño templo en que un diminuto sacerdote (el niño Gustavo Cacho) daba la bendición a una parejita (la niña Amelia Cacho y el pequeñuelo Fernando Luebbert), ella con el albo traje de las novias y él con correcto uniforme militar.
Cisne blanco arreglado por el señor Guillermo Hesselmann, su señora y otras damas y por último un coche que imitaba un kiosco y un auto engalanado exclusivamente con pompas de goma.
Llamaron también la atención otros vehículos, pero los mencionados recibieron las recompensas acordadas por el Comité.

La mañana del lunes de carnaval se pasó con calma, pero poco después del medio día se repitió el desfile de carros alegóricos encabezados por la carroza real, junto con las batallas de confeti y serpentinas.

El comercio ha tenido cerradas sus puertas por las tardes, para permitir que sus empleados participen en los festejos.
El último día de carnestolendas se repitió el desfile de carros, las batallas de confetis y de serpentinas, las mascaradas públicas y toda clase de muestras de regocijo.
Los Bailes de Carnaval…
Mientras en la plaza 13 de Julio que alegraban los sones de una banda de música se desarrollaba la tradicional mascarada popular entre una muchedumbre de gente, tan numerosa que apenas se podía circular por los pasillos, en los salones del Centro Guaymense se efectuaba el primer baile de carnaval.
Ya casi a la mitad de la noche, tras haber asistido a una recepción que se les dio en el Club Sonora,Mayita I, Pedro I, sus damas de honor y sus pajecillos se presentaron en la sala engalanada. La nutrida concurrencia les formó doble valla, y a los acordes de una diana, los soberanos y su corte desfilaron majestuosamente hasta ir a sentarse en el suntuoso trono, bajo dosel de seda, que se les tenía preparado.
Dióles la bienvenida, con un discurso de clausulas rotundas y una poesía cortesana, el Dr. Luis Farfán a quien los asistentes tributaron una ovación que hizo extensiva a los reyes.
Sin que decayera por un instante el entusiasmo, el suntuoso baile terminó a las cuatro de la madrugada.

De Hermosillo vinieron a presenciar los festejos los señores Secretario del Gobierno, Walterio Pesqueira y Tesorero General señor Arturo Cubillas, y de Ortiz, el Jefe de las Operaciones Militares, Gral. Francisco R. Manzo, aparte de otras muchas personas llegadas de la capital sonorense y otras poblaciones.

La noche del lunes de carnaval, el casino Bohemio ofreció una recepción a los reyes del carnaval, sus damas de honor y pajecillos. Lucía el salón regias galas y la concurrencia fue numerosa que se desbordó hasta los corredores.

La presentación de Mayita I y Pedro I, en la sala fue recibida con una ovación clamorosa, subrayada por las notas de la diana y durante las horas que sus majestades permanecieron allí todos se afanaron en agasajarlos.
La noche del 16 de febrero, en el Centro Guaymense se ofreció el segundo baile de carnaval con asistencia de los reyes,

El Carnavalito…

Una semana después de la quema del Mal Humor, el sábado 20 de febrero tuvo lugar el carnavalito que este año consistió en mascaradas y bailes públicos en la Plaza 13 de Julio que aún conserva la instalación eléctrica que la iluminó en las noches precedentes, y en paseo de coches engalanados, en medio de una batalla de serpentinas, confetis y cascarones.
Mayita I hace donación…

El viernes 2 de marzo, poco antes de salir para Nogales en donde residen su familia, Mayita I, devolvió al señor Manuel Pacheco, presidente del Comité que organizó los festejos, la suma de cuatrocientos pesos que se le habían facilitado como ayuda para la confección del traje regio que lució en los alegres días de carnestolendas, recomendando muy especialmente que esa cantidad sea invertida en obras de beneficencia. Los miembros del comité celebrarán en fecha próxima una junta para acordar la distribución más adecuada que debe darse al dinero donado por la Reina del carnaval.

Cantidad invertida por el Comité de Carnaval…

Adicionalmente a las cantidades gastadas por los particulares en las fiestas de carnestolendas de febrero próximo pasado y de las cuales no es fácil hacer un cálculo siquiera aproximado, sabiéndose sólo que fueron cuantiosas, el Comité de Carnaval invirtió en la organización de dichos festejo la cantidad de $6,121.27, según las cuentas que rindió el día 26 de marzo el Tesorero del Comité.

Del resumen de esas cuentas se desprende que la suma colectada por el Comité ascendió a $6,657.36. El saldo sobrante que es de $536.09 queda en las cajas de la misma Tesorería para invertirse en las carnestolendas de 1927…

Fuentes:
Periódico La Prensa de El Paso, Texas, U.S.A.
3, 10, de Noviembre de 1925.
14, 18, 28 de Diciembre de 1925.
12, 29 de Enero de 1926.
5, 8, 9, 10, 11, 14, 19, 20, 23 de Febrero de 1926.
6, 31 de Marzo de 1926.
Periódico El Heraldo de México de Los Ángeles, California, U.S.A.
17 de Enero de 1926.
Fotografías: Archivo Eduardo Robinson y Francisco Cañedo

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